
Lo que una vuelta en bicicleta nos enseña sobre la motivación: Una guía simple de la Teoría de la Autodeterminación
Resumen: La Teoría de la Autodeterminación (SDT, por la sigla en inglés) explica la motivación a través de tres necesidades: autonomía (control), competencia (habilidad) y conexión (relación). Satisfacer estas necesidades enciende la motivación intrínseca, donde las personas aprenden o trabajan por placer, no por recompensas. La investigación muestra que esto aumenta el compromiso y el sentido, como cuando los niños andan en bicicleta por diversión. Las escuelas a menudo abusan de los incentivos externos (notas, premios), que pueden apagar la chispa. En cambio, hay que dar opciones, mostrar progreso y fomentar el trabajo en equipo. La SDT demuestra que estamos programados para aprender cuando se nos da espacio para prosperar, no cuando se nos soborna o asusta.
Imagina una tarde soleada. Una niña se tambalea en una bicicleta, decidida a pedalear sin rueditas. No hay trofeo esperando, ni notas que sacar; solo la emoción de dominar algo nuevo. Cerca, los padres la animan, dándole consejos y apoyo. En este momento, la niña se siente en control, capaz y respaldada. Esto no es solo una escena de triunfo infantil: es una ventana a por qué hacemos lo que hacemos, a los cinco o cincuenta años.
Los psicólogos Edward Deci y Richard Ryan llaman a esto la Teoría de la Autodeterminación (SDT, por la sigla en inglés), un marco que explica la motivación humana a través de tres necesidades básicas: autonomía, competencia y conexión. La autonomía es la sensación de que estás al mando de tu propio barco. La competencia es sentir que tienes las habilidades para manejarlo. La conexión es saber que hay gente que te apoya. Cuando estas necesidades se cumplen, no nos movilizan las zanahorias ni los palos, sino algo más profundo. El gozo, la curiosidad, el propósito.
Piensa en esa niña en la bicicleta. Está pedaleando porque quiere (autonomía), mejorando con cada vuelta tambaleante (competencia), y motivada por los gritos de “¡Tú puedes!” desde el costado (conexión). Nadie le ofrece un premio ni la amenaza con un castigo. La alegría está en hacerlo. Eso es lo que la SDT llama motivación intrínseca: actuar porque la acción en sí te ilumina.

Ahora, contrasta eso con algo menos entretenido, como hacer una tarea escolar a la que no le encuentras sentido, o una tarea laboral tediosa. A menudo, nos apoyamos en empujones externos: un sticker de estrella en el cuaderno, un sueldo, una fecha límite. Eso es motivación extrínseca, hacer algo por lo que te da, no por interés. Los colegios y las oficinas están a menudo construidas sobre este tipo de incentivos. Y aquí es donde la Teoría de Autodeterminación presenta una observación importante. Amontonar recompensas o castigos puede dar resultados hoy, solo para apagar la chispa mañana.
Tomemos la educación. Un estudiante elige un proyecto que le importa (autonomía), recibe consejos que le ayudan a mejorar (competencia) y se junta con amigos (conexión). Está enganchado, no por la nota, sino porque el trabajo se siente vivo. La investigación de Deci y Ryan lo respalda. Cuando estas tres necesidades encajan, las personas no solo rinden mejor; encuentran sentido en ello. Un estudio de 1999 mostró que agregar recompensas a actividades ya entretenidas, como dibujar o resolver puzzles, puede ser contraproducente, convirtiendo el juego en una tarea.
Pero no demonicemos las recompensas por completo. La Teoría no dice que sean inútiles; hay matices. A veces, los empujones externos, como estudiar para pasar un examen, podrían convertirse en un móvil interno. Un estudiante puede empezar a estudiar por una nota, pero terminar amando la materia, quizás al desarrollar un sentido de competencia o logro. El truco está en convertir esas presiones externas en impulsos internos, y eso pasa mejor cuando la autonomía, la competencia y la conexión están en la mezcla.
Esto no es solo teoría; explica comportamientos que vemos a diario. Durante la pandemia, el aprendizaje en línea se masificó, y un estudio de 2021 de Chiu descubrió que los estudiantes se mantenían enganchados cuando podían definir sus horarios (autonomía), seguir su progreso (competencia) y chatear con compañeros (conexión). Incluso en aulas virtuales, estas necesidades se mantuvieron firmes. Avanzamos al 2024, y los investigadores están explorando qué pasa en las redes sociales. Resulta que, cuando se usan para conectar y compartir, no solo para scrollear, también pueden potenciar el aprendizaje.
Entonces, ¿qué significa esto para el mundo real, digamos, para profesores o apoderados? La motivación no es un interruptor que se enciende; es un jardín que se cuida. Y así es como puedes nutrirlo:
- Da opciones. Deja que los niños elijan un libro o un enfoque para el proyecto. Incluso las decisiones pequeñas aumentan la confianza.
- Muéstrales que están creciendo. Cambia ese “Buen trabajo” por un “Veo que te enfrentaste a esa parte difícil, ¿qué te hizo clic?”
- Arma un equipo. Júntalos con otros estudiantes, con amigos que los entiendan. Aprender solo es más difícil que aprender juntos.
- Reconsidera los premios. Las recompensas pueden empujar el esfuerzo, pero úsalas con mesura. Enfócate en el proceso, no en el resultado.
Muchas personas piensan que la gente es floja a menos que la sobornes o la asustes. La Teoría de Autodeterminación dice que eso es una tontería. Estamos programados para actuar, aprender, conectar. Solo que el mundo a menudo ahoga esos instintos con reglas rígidas o incentivos superficiales. Imagina la motivación como una llama. No la haces arder gritándole. Le das aire, combustible y una chispa. La autonomía, la competencia y la conexión son ese oxígeno, leña y fósforo.
La próxima vez que veas a un niño aprendiendo a andar en bicicleta, obsérvalo con más atención. Lo importante no son las rueditas o el camino, sino lo que está en su interior. ¿Se siente libre, con ganas de mejorar, apoyado por la persona a su lado? Ese es el motor silencioso detrás de por qué aprendemos, trabajamos y seguimos adelante. No necesitamos stickers con estrellas sino que espacio para pedalear cada vez mejor.
¿Te interesa saber más? Sumérgete en el trabajo original de Deci y Ryan o este estudio de 2021 sobre SDT en el aprendizaje en línea.